domingo, 14 de diciembre de 2008

Cuánto daño hizo Disney...

Recuerdo que cuando era pequeña, una de las cosas que más me gustaban era ver películas de Disney. Ver todas esas princesas, con sus vestidos preciosos, sus amigos fieles hasta la muerte, la mala malísima que fracasa, y ese príncipe guapísimo y superenamorado que la rescata.
Qué de pamplinas nos meten en la cabeza ya desde pequeñas. Así claro, luego normal que nos llamen paranoicas. Si nos hacen ser unas ilusas desde que estamos en pañales, ¿cómo vamos a afrontar luego las decepciones amorosas? Nosotras no tenemos amigos fieles hasta la muerte, nos suelen dejar en la estacada, nos pegan la puñalada trapera o son ellas las que nos arrebatan el trono como princesas y se largan con nuestro príncipe. No tenemos vestidos preciosos, de esos que si eres fea da igual porque vas bien vestida y punto. Y los malos...ni digamos. A ver cuántas malas personas has visto tú fracasar. ¿Cuántas? ¿Unas...cero? No, porque se lo montan de putísima madre, ellas no sufren por príncipes y hacen lo que quieren. Para eso estamos nosotras, esperando al eterno príncipe que siempre busca una excusa para no tener que levantarse del sofá y venir montado en un coupé. No, nosotras no tenemos de eso.
El príncipe que buscamos hace tiempo que se extinguió -si es que llegó a existir-. Se debió de convertir en rana y no salir de su mutación. Quizá acabó aplastado en una carretera, con la huella de una rueda Michelin en la espalda. Es como si lo viera.
El único príncipe aquí es Felipe, y vete a saber si es azul.

No entiendo qué ganan haciéndonos creer que podemos ser como Cenicienta, y dejaremos de limpiar la casa porque cierto día perdimos un tacón y el superbuenorro del vecino del quinto baja hasta tu piso sólo para devólvertelo, y con la excusa de que es tu número de pie, te pide matrimonio y luego os váis en un cochazo de quitar el hipo.
O que podemos ser como Blancanieves, cuando una zorra envidiosa nos hace la vida imposible hasta que llega el tío más guapo y maravilloso del mundo y con un beso suyo se te quitan todos los males.
O ser como Yasmín, y que te quieran llevar a un "mundo ideal", loco ya le tienes que tener al chaval para que por lo menos quiera pasar 5 minutos seguidos contigo sin desear estar en otro sitio, como ver el fútbol o estar con los amigotes de cañas.
¿Y que me decís de la Bella Durmiente, que la despiertan siempre con un beso? Sinceramente, de esos pocos, porque cuando te besan normalmente están por otra labor...
Y Bella. Que bonita historia esa de encontrar alguien que merezca tanto la pena como para dejarlo todo e irte a vivir con él. Luego claro, no cuentan que Bella tiene que estar para el resto de su vida limpiando el castillo de la Bestia a cambio de que de vez en cuando la lleve al cine o al pasear.
Y la Sirenita...otra que tal baila. Hace lo que hacemos todas, arriesgar, mentir, desobedecer, dejar toda su vida atrás, todo lo que es y ha sido, para irse con un moreno de ojos azules. Y el plan le sale bien a la jodida. Levantad la mano todas aquellas que hicistéis eso alguna vez...y no os hayáis arrepentido.

Ahora a ver quién es el valiente que me vuelve a llamar paranoica sólo porque un tío no me devuelve una perdida o no es capaz de sacarme a pasear porque está cansado.
¿Acaso es mi culpa? Lo dudo, fue de Disney. Disney ha hecho apología del amor romántico, de ese que no se ve, que no existe. Por algo quizá sigan siendo sólo "películas" y a esas historias las llamen CUENTOS de hadas...

1 comentario:

robus dijo...

Son películas de niños tontos, ya te lo he dicho.