miércoles, 17 de diciembre de 2008

Resacas.

De esas que hay por pares los fines de semana, y por miles durante todo un año. De esas de boca seca y dolor de cabeza. De martilleantes arrepentimientos y vagos recuerdos. De lagunas no, de océanos. De noches sin saber donde dormiste o con quién. De dónde dejaste tu ropa interior y de como escapar de lo inevitable. De esas de las que quieres huir pero que te son imprescindibles para olvidar lo que al fin y al cabo, acabas recordando el doble. De esas que huelen a tequila y saben a arcadas. De las de ir diez veces al baño, de las cuales 9 son "por si acaso". De las de querer a todos tus amigos y odiar a los no tan amigos. De las de "juntos para siempre". De "por tí lo que sea, te quiero". De las de me zurro con quien pillo porque tengo ganas de reventar al mundo o porque empujaste sin querer a mi amiga. De las de "beber como muestra de sociabilidad".De las de " no vuelvo a beber jamás" - hasta la siguiente, por lo menos.
De las que odias a muerte. De las de dormir hasta las 3. De las de "me séntó mal la cena".

Resacas. Esas grandes amigas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Saludos
Le escribo para hacerle efectiva una invitación a la lectura de mi último artículo.
Trata acerca de las malas artes de las que se valen las entidades bancarias para enriquecerse a costa de su forzada clientela.
Deseo que todos aquellos que tengan conocimiento de mi molesta “aventura”, estén ojo avizor por si les quieren hacer lo que a mí.
Aprovecho para decirle que siempre que lo desee será bienvenido a mi blog.
Un fuerte abrazo desde Gran Canaria.

robus dijo...

Estas arregalada. Menudas te tienes que pillar para escrbir esto.